fonte:Gloobal
Palestina sigue existiendo, quizás como desde siempre -al menos desde el siempre casi eterno que transcurre a partir de 1948..., es decir, desde hace todo el tiempo con miles de esperanzas frustradas- pero también siempre, cada día y cada minuto, hemos de seguir reivindicando y reafirmando su realidad viva que integra todas sus aspiraciones y sus sueños -los de todas las personas palestinas que vivieron, viven y vivirán-, sueños legítimos que han de cumplirse... Introducción/Descripción: Al ojear el encabezamiento de las noticias o de los artículos de opinión de la Revista, puede que caigamos en la tentación de creer que ya nos los conocemos, que son idénticos a los del mes pasado o a los que volvimos a leer y llorar hace mucho tiempo. Pero son nuevos y están cargados de lo más nuevo que existe: el futuro y la luz de la esperanza..., y no porque sea lo último que se pierde (son muchas las personas y organizaciones que la perdieron hace tiempo; como son muchas las relaciones y comportamientos que hace mucho dejaron de ser racionales y humanos, estén revestidos de palabras o de poder...).
Empezamos a hacer algo -¡nunca lo suficiente!- por Palestina en 1968 con las primeras personas que llegaron por aquí creyendo que pronto volverían a sus casas invadidas...,Desde entonces hemos recorrido varias veces todos los matices del sentimiento humano, incluido en algunos momentos la ilusión de que ya había llegado el tiempo de la justicia. Cada día -y es diario- que tenemos que revisar lo que hacemos, volvemos a revivir la infinidad de sentimientos, aspiraciones y frustraciones que hemos pasado en estos largos cuarenta años. Lo más difícil se nos hace cuando vemos gestos, decisiones, reacciones y explicaciones o silencios que incluso son contrarios a los que suponíamos -ingenuamente...- que irían en una línea distinta, contraria...; Es frecuente que ésto se nos produzca al contemplar las actuaciones de los decisores políticos, sean españoles, europeos, o de la Comunidad internacional...,o cuando creíamos que dado el poder decisivo de alguna gran potencia en el mantenimiento -y, por tanto, en la total responsabilidad y la posible solución- del conflicto, vemos cómo todo queda en imágenes convencionales que alargan y alargan hasta el infinito la desesperación humana y, con ella, la desconfianza absoluta de que existan posibilidades reales de acabar con el absurdo generado por uno de los errores históricos más grandes que, desde su implantación, no hace más que producir problemas, sufrimiento sinrazón, violencia, muerte... y amenazas mayores... reafirmando la creencia -y miedo- de que sí existe una maldición demiúrgica que va radicalmente en contra de la racionalidad del ser humano y de su libertad..., a pesar del Dios que fundamenta las tres religiones monoteistas que, con sus más o sus menos y sus manipulaciones, juegan en este campo...
Todo ello, vuelve a plantearnos el ya largo tema de qué actitud debemos tomar ante el Conflicto, sabiendo que el protagonismo directo no es nuestro. En realidad es la misma cuestión que deben resolver a diario cuantas personas están dentro de los territorios o en los campos de refugiados y aquellas organizaciones palestinas que siguen dudando cada día sobre cuál es lo más acertado y hasta qué punto deben jugarse la vida en ello... o seguir esperándolo todo hasta que los políticos lo solucionen (sabiendo que deberían hacerlo porque para eso se les paga...¿alguna vez, al menos en este caso, han aportado la solución...?).